miércoles, 1 de diciembre de 2010

Me cautivaste con tus miradas inocentes, con tu timidez, con tu risa y con tu sensibilidad. Me enamoraste con el mismo amor que vos me das, con lo lejos que sos capaz de llegar por mi (y que, de hecho, demostraste), con lo hermosa persona que sos en todos los aspectos, y con la seguridad que me das cuando estoy con vos, esa sensación de que nada malo me puede pasar.

Es raro, si, y atípico también, pero así están las cosas y hoy estoy segura de que así quiero que sigan. Me haces viajar a otro planeta, me haces sentirme mujer, como ya te dije. Nunca me sentí así, y por eso no te cambiaría por nada ni por nadie.

Gracias por darme en tu vida el mismo lugar que vos tenes en la mia.
Y si bien se que esto recién empieza, espero que NUNCA termine.

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